Pareciera
ser que la visita a los museos en El Salvador, es una experiencia sin sentido
para algunos, y quizá para otros sea una experiencia enriquecedora. Esto depende
de cómo nos formaron el hábito desde la escuela.
Desde
tiempos inmemorables los museos han querido dar respuesta a las sociedades del
presente sobre las inquietudes como: de
dónde venimos, quienes somos y para donde vamos, una labor nada fácil.
Los
museos juegan un papel clave ante los
retos de globalización, ya que se vuelven una fuente que nos permite potenciar
nuestras particularidades y generalidades socioculturales por medio del trabajo
conjunto con la escuela.
Por lo
general, las maestras y los maestros de la asignatura de Estudios Sociales o áreas
a fines, envían a los estudiantes a buscar información en las salas de
exposición de un museo determinado de San Salvador, de tal manera que con dicha
información pueda resolver una guía de trabajo previamente
elaboradas por la misma maestra o maestro.
Regularmente,
la maestra o el maestro visita dicho museo al trote y sin coordinar los
contenidos con el programa de estudio; formula
las preguntas con una complejidad tal, que ni los guías voluntarios de dicho
museo entienden que es lo que realmente quiere que los estudiantes presenten
como logro de aprendizaje.
Para
agrandar aun más la dificultad, los guías de los museos de San Salvador, son
estudiantes de bachillerato, que por exigencia tienen que hacer sus horas
sociales para poderse graduar y por lo tanto, la disposición de hacer un
excelente trabajo es mínima y los argumentos que exponen en el recorrido por
las salas de exposiciones, asemeja a un
trabalenguas.
Azuzando
aun más la situación, la información cedularia
sobre las piezas exhibidas pareciera que no estuvieran escritas en español sino
que en una lengua extraña. Para muestra
un botón,... “jarro del período clásico con dos asas, una a cada lado”, ¿y a nosotros
que nos dicen esas palabras?, pensaran desde luego los estudiantes, por
supuesto que no les dicen nada, cuando
dichos términos no fueron abordados debidamente por el personal del museo ni por el maestro en el aula.
Casi
siempre, el maestro es de la opinión que los estudiantes deben recoger toda la
información en una sola visita. Grave
error, diría posiblemente un especialista en metodología y didáctica educativa.
Es en
este punto, que la motivación para aprender en el museo sobre historia por
parte de los estudiantes se vuelve una experiencia aburrida, tediosa y poco
significativa, es decir, una pérdida de tiempo. Una visita improvisada, sin una guía adecuada
puede llegar a ser la primera y última visita en sus vidas.
En
respuesta a lo antes expuesto, a partir de mi
experiencia guiando a estudiantes
en un museo muy pequeño, pero una
excelente herramienta educativa, comparto
tres tips para que las visitas a los museos sean placenteras para los
estudiantes:
- En primer lugar, establezca desde la planificación
del inicio del año lectivo, que temas de su programa de estudios
complementara y cuantas visitas al museo o a los muesos hará, pues así
tendrá la claridad de cuáles serán los objetivos de aprendizaje
significativo que el estudiante debe aprehender.
- En segundo lugar, explique los conceptos básicos que
necesita que los estudiantes dominen para que la temática del museo no sea
demasiado compleja, claro está, que deben ser abordados con un lenguaje
sencillo de acuerdo al nivel educativo que cursen los estudiantes.
- En tercer lugar, al elaborar la guía de trabajo que
resolverán los estudiantes, busque una redacción clara, evitando las
ambigüedades y solo plantee aquellos elementos relacionados con el tema
que desea complementar.
Es
importante tener claro, que el museo como herramienta didáctica posibilita la
complementariedad de los temas abordados previamente abordados en el aula, de
lo contrario el nivel de aprehensión de los conocimientos será superficial.
Atrevidamente
como dice Cecilia Infante, del Museo del Dibam de Chile:"Los niños que no visitan museos pierden una valiosa oportunidad
de relacionar los contenidos vistos en la escuela, con reliquias y objetos
venidos directamente de las fuentes históricas. Aún así, cuando la visita al
museo se da en un contexto escolar, las oportunidades de aprendizaje son
todavía mayores, dado que involucran una preparación y una actitud
especial."*
* Infante, Cecilia (2010). Una visita a
un museo es un aprendizaje para la vida. Artículo publicado por Escritorio
Docentes en el Portal de la educación del Ministerio de Educación de Chile.
Recuperado de://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=206195
(15 de marzo de 2011)
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