jueves, 2 de enero de 2014

Una Aproximación Documental a la Tipología de los Obrajes de Añil de El Salvador.

Por Sofía Albayero*


Resumen:
Esta ponencia es producto del trabajo de investigación desarrollado en las Asignaturas de Investigación  Arqueológica I y Arqueología Histórica, impartidas por los Mcs. Shione Shibata y Roberto Gallardo** respectivamente.

En dicho trabajo se hace un acercamiento a la tipología de los obrajes de añil a partir de los documentos y de la investigación del Lic.  Lorenzo Amaya***, quien por mucho tiempo ha trabajo arduamente en ubicar de manera asistemática en un mapa de El Salvador la mayor cantidad de obrajes posibles y en la extracción del añil.

En la mayoría de casos las investigaciones se han centrado más al conocimiento de la planta Jiquilite y su producto añil, y no tanto, al tema de las instalaciones donde se realizaba la extracción de dicho producto. Es decir, los estudios han situado a los obrajes de añil en segundo plano, y no se han abordados como patrimonios inmuebles de la zona en la que se encuentran. Dentro de estas instalaciones se efectuaron relaciones laborales, comerciales y la tecnificación de un oficio, además del aporte económico que representaron para la recaudación de impuestos.

Según la documentación consultada existe una variedad de formas en que los obrajes de añil que con el tiempo han sufrido cambios, de tal manera que facilitan la extracción del añil a los productores. Dichos cambios se han desarrollado desde la época prehispánica hasta la actualidad de acuerdo a los recursos económicos de quienes se dedican a la extracción del añil. Asimismo, se mostraran ilustraciones de las formas y disposiciones de los obrajes de añil de acuerdo a los cambios que han sufrido.

Palabras claves:  Obrajes,  Arqueología  Histórica,  Tipología,  Obraje  de Añil  de Pilón, Obraje de Añil Real y Obraje de Añil Hidráulico.

Una Aproximación Documental a la Tipología de los Obrajes de Añil de El Salvador.

¿Alguna vez se ha preguntado qué quiere decir el termino Obraje?  Se considera que el vocablo Obraje es préstamo del derivado catalán obratge, cuyo sufijo -atge, en español se ha modificado en  –aje. Obratge en catalán significa el nombre abstracto de la indicación de la acción profesional o calificativo. Por lo tanto Obratge y Obraje corresponden al mismo significado. (Prat Sabater, 2003) Por lo que algunos autores definen este vocablo de la siguiente manera:

“Masculino. La manufactura.// Se llama también asi la oficina ó paraje donde se labran 
paños y otras cosas para el uso común.

Etimología. De obra: catalán antiguo, obratge.” (De Echegaray, 1889) Además, toman una etimología latina como se refleja en la siguiente definición:
“m. La manufactura. Opificium.// Se llama también la oficina ó paraje donde se labran 
paños y otras cosas para el uso común. Officina.”  (Diccionario de la Lengua Castellana, 
1832)

Regionalmente, como es el caso de El Salvador, el vocablo es utilizado para referirse al lugar de de la producción de añil o tinta (García Rivera, 1996), en dicho lugar se construyen una serie de pilas en distintos niveles.

En fin, los establecimientos de producción de cualquier labor económica en la época novohispana fueron llamados obrajes.  Los de la manufactura de tejidos, fueron los que presentaron un desarrollo tecnológico parecido al que se tenía en el Siglo XVI en  Europa, empleando la fuerza de trabajo de una gran cantidad de trabajadores. (Meléndez Guzmán y López Rojas, 2006) Así mismo, figuran también los establecimientos donde se procesaba el jiquilite para obtener el tinte conocido como añil.

El añil desde los  inicios de las Provincias Centroamericanas, atrajo la atención de la corona española, debido al reconocimiento de los colonizadores que en esta parte del continente la riqueza era el trabajo agrícola.

 El primer producto nativo en ser explotado en la región fue el cacao y en los comienzos de la vida colonial y a mediados del solo XVIIl el añil fue explotado en gran escala. (Rubio Sánchez, 1976)

En México y el Reino de Guatemala al lugar y el conjunto de construcciones e instalaciones requeridas para la extracción del añil se les denomino obrajes. Las instalaciones consistían en un cobertizo para almacenajedel jiquilite, las pilas para el proceso de extracción y los tendales de colar y secado. 

Por su parte las construcciones consistían en un juego de pilas de diferentes tamaños, que eran el área medular del obraje. Estas debían ubicarse en lo posible en un punto céntrico de los campos de cultivo y cerca del afluente hídrico. (Pacheco Tronconís, 2000)

A partir de 1841, el comercio del añil empieza a decaer, puesto que surge el uso de colorantes sintético. Estos trabajos fueron realizados por los científicos de Baeyer, pero es hasta 1890 que los de la BASF logran establecer la estructura del índigo, lanzándolo al mercado mundial, el cual resulto ser de bajo precio en comparación con el índigo natural, desde luego. (Segarra Sánchez, 2004) Considerándose este acontecimiento como motivo que propicio la desaparición de los tintes vegetales y por ende, el abandono de los lugares de procesamiento de las planta Jiquilite para obtener el añil como producto final. (Pacheco Troconís, 2000)

Generalmente, las haciendas  añileras  fueron edificadas cerca de los pueblos  indignasporque solamente así  podían asegurar la mano de obra en abundancia, el aumento de la producción provoco migraciones constantes cambiando sustancialmente el modelo de los asentamientos tradicionales  (Dalla  Corte  et al,  2008)  y  por ende el abandono de los lugares de origen y la destrucción de las relaciones sociales de solidaridad ya existen antes de la llegada de los españoles. (Burgos, 2001).

Para garantizar la eficiencia de la recolección, carga, transporte  y procesado del añil, emplearon los hacendados diversas formas de  explotación, entre las que estaban la apropiación de la mano de obra como encomienda y el repartimiento de labores;  y a medida que la demanda era tan grande usaron mecanismos no regulados tales como coerción, colonato, peonaje obligatorio, endeudamiento  (Dalla Corte et al, 2008), en resumida cuenta, la explotación de la mano de obra indígena se realizo en miserables condiciones. (Burgos, 2001).

Los  indígenas  que trabajaban en los obrajes de añil no solo tuvieron que  lidiar  con la explotación sino con la seguridad laboral, es decir,  la  labor en los obrajes de añil fue altamente perjudicial para la salud de los  trabajadores. Por un lado la toxicidad que las hojas de Jiquilite  que  emanaban cuando se  fermentaban  y por el otro la proliferación de insectos que  eran atraídos por el agua estancada y los residuos,  hizo  de los obrajes de añil una trampa mortal. (Dalla Corte et al, 2008)

Dentro de las enfermedades que se destacadas, están la malaria, la fiebre amarilla, viruela, sarampión y tuberculosis, que  finalmente terminaban siendo epidemias. Algunas de estas enfermedades se contrajeron por el simple contacto y presencia en las comunidades indígenas de españoles. (Medina, 1996)

Por otra parte, al observar  en  las ilustraciones en los fondos documentales, se aprecia que los trabajadores en los obrajes de añil pasaban una buena parte del tiempo dentro del agua y bajo el sol para el batido en una de las pilas  las aguas fermentadas del  Jiquilite, eso implicaba problemas  de  salud  como  enfermedades  respiratorias,    reumatismos y deshidratación.

A raíz  de las prácticas de explotación,    es que la corona española desarrollo políticas proteccionistas que prohibió enérgicamente el uso de mano de obra indígena en las haciendas desde el siglo XVI, las cuales posteriormente fueron derogadas. 

Pero a pesar de la ley, los hacendados continuaron con las prácticas antes mencionadas, que desde luego les contrajo sanciones. Por los escases de mano de obra indígenas y la protección de la corona hacia estos, fue necesario el uso paralelo de otra fuerza de trabajo como los africanos esclavos o libres, mulatos, mestizos, blancos pobres o vagabundos. (Dalla Corte et al, 2008)

Entonces, todo lo anterior ¿qué relación tiene con la arqueología? 

La arqueología es planteada como una ciencia social; como tal comparte el objetivo general de la ciencia de proporcionar una explicación de los fenómenos que se consideran su objeto de estudio.(Bate, 1977) De acuerdo a lo anterior para este estudio la evidencia que en el futuro se registrara nos contestará que los retos arqueológicos de obrajes que actualmente se encuentran en contexto son mas o no de los que reportó el Dr. Santiago I. Barberena en las monografías publicadas entre 1909-1914 para el territorio salvadoreño.  (Barberena, 1998)

La arqueología es una disciplina multidisciplinaria, dentro de este parámetro se presenta la arqueología histórica. Esta especialidad de la arqueología es de reciente data y además es una forma particular de estudiar las sociedades del pasado reciente.

La arqueología histórica investiga la conformación de las sociedades modernas a partir de la expansión europea durante el siglo XV. Asimismo dar explicaciones como los procesos de cambios originaron nuevas prácticas sociales. 

La arqueología histórica ha sido planteada como un modelo teórico que pueda dar explicaciones a través del análisis de la cultura material del origen de nuevas piraticas y asimismo, dar explicación a los nuevos patrones de comportamientos sociales adoptados a través de la introducción de nueva tecnología, como es el caso de los obrajes que se puede ver un marcado cambio tecnológico.

Por supuesto que cada localidad tiene sus propias particularidades y por lo tanto tienen que ser abordadas desde esa perspectiva para configurar una mejor explicación de la identidad de los grupos sociales que convergieron en nuestra área en estudio. (Senatore, 2007)  

Dentro del que hacer arqueológico, es necesario hacer clasificaciones o tipologías para entender  elementos de la cultura material producida por las sociedades del pasado  y los cambios que se realizaron en esta a través del tiempo. La tipología ayuda a la arqueología a organizar los artefactos de tal manera que se logre un orden y cuáles son los cambios que estos presentan, aunque puede variar en la medida que se vaya avanzando en la investigación arqueológica. (Renfrew y Bahn, 1993)

Por lo que este ensayo se propone una  Tipología  de  los Obrajes  por  su Mecanismo  de Procesado, que a continuación se detalla: 

Recipientes de cerámica o madera

Se cree que en la época prehispánica se usaban vasijas de cerámica en forma de vasos, canoas  o recipientes de jícara para la extracción del añil. Batres et al., muestra con un párrafo de los escritos del cronista y medico Francisco Hernández sobre la forma en que los nativos procesaban el añil, que dice lo siguiente:
“se despedazan las hojas, luego las echan en un perol o caldera de agua hervida pero quitada del fuego y tibia o mejor (afirman los peritos) fría y sin haber pasado por fuego… agitar fuertemente con una pala de madera…vaciar poco a poco el agua ya teñida en una vasija de barro o tinaja, dejando después que se derrame el líquido por unos agujeros que tiene a cierta altura y que se asiente lo que salió de las hojas. El sedimento, se seca al sol, se cuela por una bolsa de cáñamo, se le da forma de ruedecillas que se endurecen 
poniéndola  en platos sobre brasas. Se guarda para usar por todo el año”.  (Batres et al, 2005)

























Proceso Prehispánico de fermentación  y drenaje del Jiquilite (MuseoCasa Blanca de Chalchuapa, El Salvador, 2006. Citado por Leonowens Escobar, 2007) 





                    Proceso Prehispánico de  batido del Jiquilite. (Ilustración Museo del Sitio Arqueológico San Andrés)

Obraje de Pilón

Son estructuras de una sola pila muy grande  cal y canto, utilizadas para fermentar y oxigenar. Según comentario de Don Lorenzo Amaya  son muy poco los existente, debido a que la corona los prohibió, porque los indígenas pasaban muchísimo tiempo dentro del agua fermentada y se enfermaban por el trabajo excesivo y la inanición, y para cumplir con la ley eran destruidos. Los restos de estos en El Salvador son muy pocos y están en mal estado de conservación. (Lorenzo Amaya, Comunicación personal)


    Recreación de un obraje de pilón. (Pacheco Troconís, 2000) 



Obrajes Reales

A finales del siglo XVI llego el obraje de tres pilas “obraje real”, primero a Las Antillas Menores Inglesas, y posteriormente a las provincias de Centro América.  (Leonowens Escobar, 2007)

Este tipo de obrajes es una estructura que consta de tres pilas en grada (por Leonowens Escobar, 2007); de este tipo es la mayoría de vestigios en El Salvador, aunque en completo deterioro. (Lorenzo Amaya, Comunicación personal)




    Representaciones de un obraje real. (Pacheco Troconís, 2000)


Obrajes Hidráulicos

Estas estructuras se construían en las grandes haciendas añileras; son complejos que presentan de cinco a siete pilas construidas de cal y canto o de ladrillo, cal y canto, de tamaño considerable, así como una canaleta para la rueda hidráulica. (Batres et al, 2005) (Lorenzo Amaya, Comunicación personal)

Debían presentar un buen acabado, de tal manera que presentara una textura bruñida para evitar la suciedad.  Ocasionalmente, se reforzaban las paredes con muros o contrafuertes para resistir la fuerza de la carga hídrica. (Pacheco Troconís, 2000)


          Representación de un obraje de añil hidráulico con sistema de rueda  vertical. (Pacheco Troconís, 2000)


El obraje real y el obraje hidráulico se regían por los siguientes lineamientos de construcción:

Las pilas se construían en diferentes niveles e intercomunicados, las pilas inferiores recibían el líquido de las pilas superiores por medio de orificios de desagües, cerrados con tapones de madera. Los pisos de cada una de las pilas debían tener una ligera inclinación a fin de facilitar la fluidez de la preparación y sus posteriores limpiezas.

La pila  más  alta se le llamaba de pudridero o pila de remojo, llevar a cabo en esta el proceso de fermentación. Aunque previamente a esta etapa se realizaba la maceración de la planta de jiquilite, necesaria para que ocurrieran los procesos químicos de la fermentación con éxito. 

Posteriormente, del proceso de fermentación se pasaba al proceso de batido en la segunda pila conocida con este mismo nombre. Este proceso se podía hacer de forma manual, con animales o con fuerza hidráulica dependiendo del tipo de obraje.

En el obraje hidráulico el caudal del rio era de suma importancia, porque esta movía la rueda que estaba ubicada en un eje que estaba sobre un par de gruesos arcones dispuestos a ambos lados de la pila de batido. El eje tenía un aspa aplanadas en ángulo recto, con las cuales se golpeaba y agitaba el agua del batido al moverse la rueda por la acción de la corriente del agua en curso.


      Representación de una rueda vertical utilizada en un obraje de añil hidráulico (Pacheco Troconís, 2000)

                 Representación del trabajador  encargado de batir en los obrajes. (Pacheco Troconís, 2000) 



A manera de consideraciones finales:

Según la documentación consultada existe una variedad de formas en que los obrajes de añil que con el tiempo han sufrido cambios, de tal manera que facilitan la extracción del añil a los productores. Dichos cambios se han desarrollado desde la época prehispánica hasta la actualidad de acuerdo a los recursos económicos.

El trabajo en los obrajes ocasionó  consecuencias negativas para la población indígena, asimismo,  la destrucción de las relaciones sociales de solidaridad ya existentes  en las comunidades indígenas antes de la llegada de los españoles. Igualmente, se instauro la explotación de la mano de obra indígena en miserables 
condiciones en los obrajes. (Burgos, 2001) 

Las estructuras que se encuentran visibles (no soterradas) permanecen expuestas a los daños del medio ambiente, a la progresiva  urbanización y a las personas que desconocen el valor que poseen. (El Diario de Hoy, Edición del 30 de agosto de 2004) De tal manera, que este estudio ayude a que se les considere como patrimonio histórico. 



Fuentes Consultadas
Barberena, Santiago I.
1998  Monografías Departamentales. Academia Salvadoreña de la Historia, Dirección de Publicaciones e impresos de El Salvador.

Bate, Luís Felipe 
1977  Arqueología y Materialismo Histórico. Ediciones Cultura Popular, México.

Batres, Carlos; Batres, Lucrecia de; Garnica, Marlen; Martínez, Ramiro y Valle, Raquel
2005    Las Evidencias de la Industria del Añil en la Cuenca Copan-Ch’orti’.  En  XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004  (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.558-575. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.www.asociaciontikal.com, consultado el 28 de marzo de 2010 

Burgos, Hugo de
2001  Chalatenango, Historia Urbana. Dirección Nacional de Patrimonio Cultural,  Dirección de Publicaciones e Impresos, El Salvador.

Dalla Corte, Gabriela; García Jordán, Pilar; Laviña, Javier; Luna, Lola G.; Piqueras, 
Ricardo; Ruiz-Peinado Alonso, José Luís y Tous, Meritxsell. 
2008  El Añil y los pueblos de indios en  la Provincia de San Salvador, siglos XVI y XVII. En: Poder local, poder global en América Latina.  Publicaciones y Ediciones de la Universidad de Barcelona, España.

De Echegaray, Don Eduardo
1889  Diccionario General Etimológico de la Lengua Española. Edición de Don José María Faquineto, Tomo IV, Madrid, España.

Diccionario de la Lengua Castellana
1832  La Academia Española de la Lengua, imprenta Real, Séptima Edicion, Madrid, España.

El Diario de Hoy
Edición del 30 de agosto de 2004.  Tiñendo de Azul a El Salvador. Radactado por  Rosemarié Mixco. 
www.elsalvador.com, consultado el 4 de abril de 2010

García Rivera, Francisco A. 
1996  Estudio sobre Agronomía del Jiquilite Indigófera sp. y Procesamiento del Añil en Chalatenango.  IICA-Holanda/ LADERAS C. A., El Salvador.

Leonowens Escobar, Sarah
2007  Desarrollo de Una Línea de Mantelería Tejida con Hilos Teñidos en Añil Orgánico, para Proteje. Tesis para obtener la título de Licenciada en Diseño Industrial del Vestuario, Universidad del Istmo, Guatemala.

Medina, Andrés
1996  La etnografía de Mesoamérica Meridional y el área Circuncaribe. Segundo Coloquio Paul Kirchhoff. Instituto de Investigaciones Antropologicas, UNAM, México. 

Meléndez Guzmán J.R. y López Rojas J.I. 
2006  Antecedentes de la ovinocultura en la colonia.Departamento de Economía, Administración y Desarrollo Rural FMVZ  –  UNAM, México.  En Revista Selecciones Veterinarias de México,  Sección de  Historia,  Revista Trimestral, Año 6, Vol. 6, Núm. 6, Nov. 2006. http//fmvzenlinea.fmvz.unam.mx, consultado el 10 de abril de 2010

Pacheco Troconís, José Germán 
2000  El Añil: Historia de un Cultivo Olvidado en Venezuela, 
1767-1870. Tesis Doctoral sobre Historia Económica, Universidad Autónoma de Barcelona, España.

Prat Sabater, Marta
2003   Prestamos del Catalán en el Léxico Español. Tesis para obtener el grado de Doctora en Filología, Facultad de Letras, Universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra, España.

Renfrew, Colin y Paul Bahn 
1993    Arqueología: teorías, métodos y práctica.  Ediciones AKAL, España.

Rubio Sánchez, Manuel
1976  Historia del Añil o Xiquilite en Centroamérica.  Tomo I. Ministerio de Educación, Dirección de Publicaciones, El Salvador.

Senatore, María Ximena
2007  Arqueología e historia en la colonia española de Floridablanca.  Patagonia, Siglo XVIII. Editorial Teseo, Argentina.


NOTAS:

* Egresada de la Lic. de Arqueología, UTEC Año 2010. Ponencia dictada en el Sexto Foro de Estudiantes de la Escuela de Antropologia UTEC, en el año 2011. 

**Agradecimientos especiales  los Maestros Shibata y Gallardo  por su paciencia y empeño durante el desarrollo de este trabajo de investigación

***Agradecimiento especial al Lic. Lorenzo Amaya, quien gentilmente me orientó con el tema de la tipología de los obrajes. 


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